“Es re lindo darte cuenta que algo que sentiste que fue tremendo, te termina regalando muchísimo aprendizaje”… Así es hoy David Chocarro, el ser humano, el que está dentro del artista que ves a diario en todas las plataformas o el teatro.
En el inicio de las aventuras de Las Top News, elegimos al actor y director argentino para que sea nuestro padrino, por muchas razones. En el mundo del entretenimiento está en su mejor momento. Protagoniza la serie ‘Pelotaris’ en ViX; tiene dos películas en Amazon Prime ‘Tangos, Tequilas y Algunas Mentiras’ y ‘Valentino’; la serie ‘Triada’ junto a Maite Perroni en Netflix; y ‘Siete Veces Adios’ con Fernanda Castillo en teatro.
En lo personal está lleno de enseñanzas, las que él está aprendiendo con tropiezos, caídas y levantadas y que decide compartir con el público en esta entrevista exclusiva: familia, pareja, vida, muerte, aprender a decir que ‘no’, saber cuándo decir que ‘sí’ y tomarse los trenes de la vida que quiera tomarse sabiendo que debe transitar el viaje sea o no el más TOP.

–¿Cómo estás?
David Chocarro: Estoy bien, estoy contento, estoy en mi casa, estamos remodelando la casa, con lo cual es un quilombo, pero está quedando muy linda… Necesitaba mucho estar acá, y eso me da alegría. No está bueno estar en tu casa porque no estás teniendo trabajo, la verdad que por suerte estoy con muchas ofertas, y decidimos poner una pausa con Caro, con mi esposa, para estar un poco más, hay una necesidad, no solamente de mi parte de estar más con ella, sino de ellas estar conmigo… Mis hijas están entrando en una etapa adolescencia muy interesante, hay que repartir un poco la paternidad con Caro, porque sino es absolutamente injusto, y sí creo que es necesario… Así que “¿cómo estoy?”, Bien, retomando roles que por ahí hacía rato no los agarraban porque viajaba muchísimo, y ahora estoy de pleno, todo el día acá… Está interesante, al principio se me hizo un poquito más rocoso, y hoy ya estoy fluyendo con más naturalidad.
–En ViX con serie, en Amazon con dos película, en Netflix con serie, en el teatro… Estás en un gran momento actoral…¿Cómo es decidir tomar una pausa porque necesitas y te necesita tu familia?
David Chocarro: Puede parecer fácil o como heroico. No, no es un acto heroico, no me gustan verlo de esa forma. En realidad siento que está bueno, me ayuda mucho a bajar a tierra, mi manager también, Nolci, es un poquito la que me dice: “Dey, aprovechando el buen momento, si estás con esta necesidad o están con esta necesidad, es el mejor momento ¿qué pasaría si no tenés ahorros y estás complicados y tenés que salir a trabajar igual?, es un privilegio que puedas hacerlo”. Ella también me planta está semilla, porque en un principio, de hecho los primeros proyectos que rechacé, no era algo que teníamos muy conversado todavía con Caro, y yo sentía que los tenía que rechazar, creo que fue la mejor decisión.
Que después haya que hacer ajustes, porque por ahí la decisión no es tan fácil de llevar, porque yo estoy acostumbrado a trabajar, porque me gusta trabajar, me gusta mucho trabajar, pero no como workaholics, yo creo que el workaholics, por ahí estoy hablando sin saber, pero para mí va en busca también como del dinero, esa es mi sensación… Yo creo que cuando uno trabaja de algo que le apasiona tanto, no lo sentís como trabajo, yo no quiero vacaciones, me tomaría si estuviera haciendo cosas que no tengo ganas de hacer. Igual sigo, como nuestro trabajo está tan amplio, por lo menos en mi caso o en el de Caro, es tan amplio, que muchas veces por ahí no estás en un set o no estás arriba de un escenario, pero sigue ocurriendo, haciendo entrevistas, leyendo guiones, desarrollando proyecto, porque la verdad es que también traemos proyectos propios que todo el tiempo tenemos reuniones, juntas, muchas ideas hay que volver a escribir, hay que volver a revisar, vamos a empezar a montar una obra de teatro… Significa que el cuerpo no se lo estamos poniendo, pero la cabeza y notas y esto y ya, en realidad no estas parando de trabajar, lo que pasa es, que lo tangible, lo que la gente ve, no está ocurriendo.
–¿Qué pasa cuando ves esos proyectos que por ahí te ofrecieron, haciéndolo otro?
David Chocarro: Me pesa (risas)… Sí, obvio, igual tampoco hay un proyecto súper espectacular, que me haya dolido enormemente bajar… Siento que lo podría haber hecho mejor, a veces no, pero sí… Soy una persona estable a largo plazo pero muy cambiante, entonces puedo tener buenos días, y por ahí días que no estoy tan bien con la decisión, y para eso también está mi entorno para ayudarme, está Caro, donde puedo hablar abiertamente, y están mis amigos también, cuando no son periodistas.
–Siempre dices que el tren no pasa una vez en la vida, si no uno tiene que estar en el andén, ¿cuál es ese tren que tú dijiste, “qué bueno que me lo tomé”, y cuál es ese que te lo tomaste, y dijiste, “¿ dónde me puedo bajar?”?
David Chocarro: En lo laboral, te podría decir que el primer proyecto que viene a ser a Miami, yo vine a audicionar para el antagónico, el malo de la historia, y no quedé elegido, me querían para un papel muy chiquito, no voy a decir ni que rol era ni nada, por si alguien identifica qué actor lo hizo… Pero ese tren yo me lo hubieras tomado, pensé que no iba a volver a pasar y Nolci, mi manager, fue la que me dijo: “No, no vas a entrar a hacer eso, porque si entrás con un personaje así, a vos en este mercando todavía no te conocen, yo conozco este mercado y así funciona, y si entras ahí va a ser muy difícil salir, seguramente salgas pero no es la mejor carta de presentación, no lo vamos a agarrar”…
Yo sentía que se me estaba yendo el tren, y no tardó nada en pasar el próximo tren, vino a las 3 semanas, y entré con un rol protagónico, con cartel, fue completamente diferente, y dije: Wow qué loco, sí es verdad, de un tren al otro yo me mantuve en el andén, seguí haciendo casting, seguí estudiando neutro, seguí en el andén, entonces terminó ocurriendo. Y después me ha pasado de otros trenes en donde sentís que es eterno, que no llegas nunca a la estación, sobre todo, me ha pasado de estar en uno en particular que hubiera saltado del tren (risas).
-Y no lo vas a decir…
David Chocarro: No, pero sabás por qué no, porque en realidad es un proyecto que también tengo que estar muy agradecido, me han dado muchísima exposición, con gente muy querida también, lo que pasa que a veces los proyectos se transforman en algo tedioso, por como es uno. Reconozco que ahí tengo una parte jodida o exigente, que a veces se pueden tornar en jodida, habrá otro que le habrá pasado súper bien, y que la pasan súper bien, y que convive mejor con que no te dejen hacer tus propuesta, a mí cuando no me dejan, que me empiezan a maniatar, quiero saltar del tren, entonces tampoco quiero juzgar a quien llevaba ese tren adelante, porque fue un exitazo… Cuando soy director no voy a maniatar a nadie, porque me gusta mucho escuchar las propuestas de los actores o productores, pero hay un momento que si ya te escuché, si no me convenciste, es como yo quiero y así lo quiero, y ya me empiezo a poner nervioso, entonces también me toca entender, me toca seguir aprendiendo, porque al final es eso, es seguir aprendiendo.
–Cuando te tomas un tren ¿lo tomas pensando, por intuición, o lo ves y te arrojas?
David Chocarro: No, general se ponen muchas cosas sobre la mesa, me toca evaluarlas, no solamente con mi manager, con la familia, al final porque siempre los proyectos terminan también repercutiendo en la logística familiar. La historia de mi carrera me demostró, y me sigue demostrando, que tengo que escuchar mi instinto. Ese tren tan exitoso del cual yo me quería bajar, me hubiera bajado, mejor dicho no me hubiera subido, cualquier actor querría estar en ese lugar, aún así me hubiera bajado, porque yo sabía que la iba a pasar mal… Vamos a poner en contexto, mal para mí, pasarla mal significa querer renunciar, que no me importe la plataforma, que no me importen mis colega, que no me importe la historia, que no me importe el dinero, y te puedo decir que me estaban pagando re-bien, y aun así me quería bajar, porque me sentía mal actor, porque me sentía mal profesional, porque me sentía vacío.
-¿Y qué pasa cuando eso termina, y por un lado es todo un éxito, y tú lo que querías era solamente bajar y que nadie más te hable de eso?
David Chocarro: Todo para mí sería más fácil si yo pudiera digerirlo de una manera más liviana… Cuando me hablan de esto que hice, de este contenido, era simplemente es decir: “Ah qué bueno”, “¿ah te gustaba? ¡qué bueno!”… En vez de estar diciendo, “sí, pero a mí no”… Estoy emprendiendo, cada vez lo hago menos, y lo mismo tendría que aplicar en el trabajo que no me gusta hacer, como ese proyecto, tranquilamente yo podría haber convivido mejor, y quiero aprender a convivir mejor, porque estratégicamente me conviene hacer esas cosas, tampoco tengo que ser tonto, me ponés 10 años antes, algo así en frente, y me hubieras tenido como una sedita, era una mega oportunidad en aquel momento.
No digo que hoy tenga las mejores oportunidades no, porque hay gente que tiene mejores proyectos, que yo quisiera tener, hay cine que todavía no estoy teniendo acceso a hacer, no porque el que haga no me gusta, porque me encanta, me encanta, me parece que entretener es espectacular, pero a mí me gusta meterme a fondo, y sufrir y pasarla mal. Ese tipo de contenido todavía no me llegó, porque tengo que ir rompiendo muchas barreras. Hacer teatro en México para mí, aunque no deje de ser una obra comercial lo que estoy haciendo, es una obra con mucho trabajo actoral, con mucho compromiso emocional, que a mí me da la posibilidad.

–Estamos hablando de ‘Siete Veces Adiós‘.
David Chocarro: Sí, que a mí me está dando la posibilidad también de romper el mito que algunos tienen con “este no hace teatro, no actuás”… Hay una cosa del prejuicio del cual todos somos víctimas, a mí en ‘Siete Veces Adiós’ no me querían: “¿Chocarro?, David Chocarro no”.
–Uno cree que con la globalización, más plataformas, hay prejuicios que dejaron de existir, como el que es de novela no puede ser de teatro ¿todavía sigue ese prejuicio?
David Chocarro: Absolutamente, lo que pasa que todo tiene que ver en qué viste en esa persona o qué sabes. A mí hay actores, colegas, que me saludan, y a mí hasta me incomoda, que me elogian de una manera porque me conocieron en ‘El Recluso’, Santito, un personaje súper comprometido, súper profundo, súper jugado, y que quedó buenísimo, y que me conozcan a través de Santito hace que: “¡No mames güey, te admiro”… Hay otros que me conocen por alguna novela, que hice hace mil años, que no tengo nada en contra de las novelas, pero yo no era el mismo, mi neutro no era el mismo, mi naturalidad no era la misma, ni nada, mi formación, mil cosas que hacen que quienes vieron eso y no vieron nada más, esa es la imagen que tienen de mí y: “¿él va a hacer la obra de teatro?”…
Porque es la imagen que tienen preconcebida, que es válido porque todos somos víctimas de eso, yo también, a mí cuando me ponen los proyectos en frente y digo, ¿Cuál es el elenco?… Yo quiero saber quiénes, y a veces te lo dicen y a veces no, a veces te pones así de sino me decís no lo hago, y a veces es ok, ok lo hago, y te ponen nombres sobre la mesa, que lo primero que salta es el prejuicio, y después decís, “¿Por qué, no?”… Recapacitás un poquito y pensás, “Yo también pase por todos eso, y sigo pasando por todos esos prejuicios”.
–Estás en un momento que convencionalmente se podría definir como de ‘éxito absoluto’, porque estás en todos lados, en tú mejor momento laboral, pero ¿qué es para ti el éxito?
David Chocarro: Sentir satisfacción plena la mayor cantidad de tiempo posible por lo que estás haciendo, a veces puedo durar un día, y a veces puede durar un rato, me parece que el éxito se mide, por lo menos para mí, en sentir esa satisfacción de estar haciendo lo que te gusta genuinamente, y que no necesites vacaciones, eso es sentir éxito.

–¿Cómo acompañas y cómo te acompaña a ti Carolina en tu carrera? ¿y tú a ella?
David Chocarro: Caro desde el día uno que nos conocimos, hace 20 años, siempre está o siempre procura ser un apoyo en mi carrera y en mis decisiones y en mi felicidad, porque ella considera que cuando uno está haciendo lo que quiere, se siente plenamente feliz, y la verdad que en ese sentido Caro es espectacular, al punto que a veces a mí me da como dudas de los consejos que me puedan dar, porque son consejo por ahí que van directamente a lo personal, “hacelo si te hace sentir feliz”… Pero por ahí pierde un poquito lo meticuloso que trato de ser yo con las decisiones profesionales que pueda tomar. Te diría, incluso, que esa es nuestra gran diferencia, porque yo también creo que hago un esfuerzo grande por apoyarla en todo lo que se pueda. Nuestra logística familiares es compleja, por ahí la gente no se llega a percibirlo, pero si yo me comparo con el mercado de trabajo, que es el mexicano o latino pero que graba en México, el altísimo porcentaje de los actores viven en México, entonces eso obviamente modifica absolutamente todo, y hace que el apoyo sea complejo, tanto para ella como para mí.
Si viviéramos en el mismo lugar en donde trabajamos, la dinámica sería diferente, de hecho cuando trabajaba aquí en Miami, cuando estaba en una exclusividad con Telemundo, la dinámica era distinta porque yo llevaba las nenas a las escuelas, de ahí me iba a grabar, tenía la tarde libre, ella hacía cosas, y ahí como que más o menos íbamos construyendo juntos. Pero hoy, cada proyecto que yo tomo o que decidimos tomar, es una movida familiar grande, porque viajo casi todos los fines de semana, y sino Caro tiene que viajar a México con las nenas, y los proyectos que hoy estamos siempre poniendo sobre la mesa, son muchos más cortos, de los que antes contemplaba. Nueve meses yendo y viniendo es una locura, hoy no podría hacer algo así… Estamos justamente buscando cómo hacemos para restructurar nuestra dinámica, para que Caro tenga más posibilidades, porque además ella donde tiene un espacio, florece y hace florecer, eso es como un don que tiene constante, ella hace, yo preparo, entonces donde tiene un poquito de tierra, tira semillas, es natural, y lo que hay que hacer es eso, buscar que tenga más espacios, y creo que lo podemos lograr, lo estamos construyendo.
–David, ¿qué es el amor para ti?
David Chocarro: Te diría que es la fuerza más grande del mundo, con amor todo, tengo la sensación que el amor sería el ingrediente que no puede faltar en ninguna emoción, en ninguna, incluso cuando llegás al odio es porque en el fondo hay algo que está tocando el amor, el amor es la fuerza vital que tenemos.
–¿Cómo eres como papá?
David Chocarro: Yo creo que soy buen papá, por estas razones que antes comentaba, la logística familiar no permite estar presente todo lo quisiera, pero aún así me considero un buen papá, sí estoy súper comprometido con la paternidad, sí sé que, y lo digo también abiertamente, es un trabajo, ahora menos. Hubo un momento en donde hubo que ponerle ganas, porque la conexión no es la misma, por ahí no sé si le pasa a todo el mundo, pero definitivamente las madres tienen una conexión natural con los hijos, más allá de cualquier cosa, y creo que el hombre, o por lo menos a mí, me dijeron que el amor de un hijo era lo más grande del mundo, nació y no pasa nada, creo que hablo un poco por la mayoría de los hombres, habrá quién le pase otra cosa, pero en general nos pasa eso. Sí lo quiero, obvio, y disfruto de nuestro amor, y nos re-amos con Caro, pero esa cosa, esa incondicionalidad que hoy sí siento, se construye, y creo que hay que ponerle ganas.

–Esto que te voy a preguntar, te va a incomodar, pero te lo voy a preguntar igual ¿Qué le pasa a una persona como tú, a un hombre, cuando vas por la calle o entras a un lugar, y sabes que el 80% de las personas te ven con cara de cama?
David Chocarro: ¿Para hacer la cama? ¡los ayudo!
–Para estar en la cama contigo.
David Chocarro: Es un dato incomprobable primero (risas).
-Yo doy fe de la estadística.
David Chocarro: Ahora estoy peinado, la luz ayuda, yo ando un zafarrancho y paso desapercibido… Tengo que reconocer, ante tu estadística, que muchas veces yo no me siento eso, que aparentemente se transmite… No quiero quemar a nadie, pero sí han venido con comentarios, a veces Caro me dice: “Tal y tal me tienen los huevos llenos con, ay, tu marido”… Yo no me llego a dar cuenta muchas veces, a veces sí y bueno nada, fluyo con eso y chau y no hago nada, pero la mayoría de las veces no me doy cuenta. Voy a contar una anécdota, cuando yo tenía 12 años y fui al viaje de egresado de la primaria, en Argentina, fuimos a un boliche, tenía el pelo largo, era re flaquito, chiquito, hacía mucho deporte, fuimos a una discoteca, y había un concurso que era, ‘Mister Facha’, para quien no lo sepa es lindo, guapo, canchero, galán, y todos mis compañeros, “que desfile David”… Yo me acuerdo al día de hoy decir, ¿yo?, ¿de verdad?, desfilé y gané (risas), y después llegó la fiesta de la primavera, salí ‘Rey de la Primavera’, y ahí fue cuando empecé a decir, “Sí, me parece que soy más lindo de lo que yo me siento”… Evidentemente, yo he pasado muchos momentos de mi vida, donde no me siento lo lindo que me dicen que soy, que evidentemente, que la estética o la belleza no va por proporción y tal, se ve que hay un montón de cosas más.
–Claro, es un todo.
David Chocarro: Nariz grande, los dientes no están tan derechos y grandes, y hay mucho más que eso, evidentemente hay algo… No sé, trato de hacerme el tonto me parece.
–¿En qué te sientes lindo?
David Chocarro: Me gusta hablar profundamente, tratar de entender la vida, que nunca la voy a entender, pero más que sentirme lindo, creo que son momentos lindos, cuando yo conecto con alguien, y empezás con estos diálogos que no van a ningún lado o sí, en donde el para qué es una pregunta recurrente, ¿Para qué? ¿Por qué la gente hace esto? No entiendo. Ahí creo que es lindo, porque me siento muy aterrizado, me gusta estar aterrizado, me gusta estar cerquita de la tierra. Pero para otros es, “¡Ay! qué pesado” (risas).

–¿En qué te sientes top, y en qué poco top?
David Chocarro: Top creo que en lo apasionado, en lo meticuloso, en lo perseverante, es que es muy interesante porque a su vez quizás lo meticuloso es poco top, y la ansiedad, a veces soy víctima de la ansiedad y es poco top, pero me gusta más quedarme con lo otro, me gusta ser clavado con las cosas, y saber que hay que trabajarlas para construirlas y lograrlas, pero a su vez eso mismo alrededor hace que sea poco top y genera mucho roce.
–¿Qué es la ansiedad para ti?
David Chocarro: Es no poder instalarse en el presente, y estar colgado del futuro, es una pre-ocupación estar pre-ocupados por algo que todavía no sabemos bien cómo va a ocurrir, y es esa sensación que te genera del no poder soltar ese pensamiento para volver y aterrizar a la realidad.
–¿A qué te ha llevado la ansiedad?
David Chocarro: A estar de mal humor, desenfocado, a sentir que no me lleva a eso, me lleva a que repercuta un montón, además porque encima de eso, lo triste es que termina repercutiendo en tu entorno más cercano y no está bueno.
–¿Qué le dirías a ese público que por ahí está solo y descubrió una película y le cambiaste la vida porque se olvidaron de todos sus problemas, o se enganchó con una serie y descubrió que podía soñar, donde de algún modo tocaste sus vidas y sus almas?
David Chocarro: Me cuesta mucho ponerme en ese lugar, porque siento que es un lugar donde me estoy robando el trabajo de un montón de gente, hay un texto, hay una dirección, hay un montaje… Hay tantas gente que hizo todo para que te terminemos generando eso que fue tan fuerte, que decirte algo y apropiármelo, es reinjusto. Cuando lo veo en los demás, en otros talentos que se apropian, me remolesta, me encantaría que no me joda pero me molesta. Alcanza con un agradecimiento después cuando ganan un premio, un vídeo, mi equipo… Yo creo que hay que llevarlo más encima de eso, no solamente en el agradecimiento a mi equipo… En algún momento de mi vida, yo transité ese lugar, no quiero ser critico con quién lo hace, pero a mí me cuesta muchísimo, a mí el orador, el que se pone a darte el consejo porque tengo exposición me cuesta. Hay gente que le hace bien y también estoy consciente, de hecho es masivo, a muchísima gente le hace bien, de ahí vienen las religiones, sin ir más lejos.
Cuando a mí me decían: “¿Qué consejo me darías tú como papá?, que tu familia es tan perfecta y tan divina”… Y yo no decía, “No, no”, decía, “Ni soy perfecto, ni mi familia no”, decía: “Bueno es importante la paciencia, es importante escuchar, la confianza, blah, blah, blah”… Y yo quién carajos soy para darte consejos, entonces creo que hay dos caminos: uno voy a investigar para ver que dar, que consejo dar y no cagarla, que a veces el consejo no es ni siquiera personal; y lo otro es lo que decidí hacer yo, que es no soy nadie para darte un consejo.
Siento que es absolutamente volátil, la gente con todos los actores, se enamoran de los personajes, después yo sé que tendré cosas que le pueda gustar a mucha gente, cuando me conoce porque al final es la vida, gente que te cae mejor que otras, y seguramente le caeré bien o mal, a determinadas personas, pero la gente se compra los personajes, en “Cien días para Enamorarnos”, Emiliano fue extremadamente masivo, a mí nunca me había pasado con un proyecto fuera tan masivo como fue ese, entonces hay mucha gente por el mundo, creyendo que yo soy como Emiliano, Qué tengo la paciencia Emiliano, que soy tan amistoso como Emiliano, no, no lo soy.

-En alguna entrevista tú citaste a Ricardo Darín y con respecto a Hollywood, él decía: ‘¿Para qué?, ¿cuál es tú para qué hoy?
David Chocarro: Definitivamente creo que la globalización hizo que ya Hollywood no sea el lugar inalcansable, se te puede dar en cualquier momento cuando menos te lo esperes, también puedes tratar de construir hacia ese lado, que sería en mi caso enfocarme en el inglés, mudarme a Los Ángeles, buscar agente… Cosas que no hago porque digo ¿para qué?, ¿para qué si estoy eligiendo mi proyectos?… Hasta me da vergüenza robarme las palabras de Darín, pero en realidad me siento identificado, para qué si estoy dirigiendo mi proyectos, estoy dirigiendo a los personaje que hago, estoy generando proyectos, para qué, qué más necesito, qué más quiero, qué hay más por hacer… Sí hay más por hacer, pero también esto es un sube y baja constante.
Entonces el para qué mío, yo vivo con esa pregunta, es mi pregunta recurrente, te diría que es mi leitmotiv prácticamente porque no entiendo como uno mismo, y ahí hablo de mí, como uno se atrapa en cosas que cuando te cae finalmente el para qué, ya pasó… ¿Cuánto estoy dispuesto a sacrificar?, para qué, y ni hablar de cuando la gente tiene algunas situaciones extremas de casi muerte, que nos replanteamos todo.
Yo he pasado por situaciones límites, en donde podría haber perdido la vida, que creo que la podemos perder todo el tiempo, uno no se da cuenta, pero te la puedes pegar un palo en cualquier momento, situaciones en donde te la ves realmente cerca, y pasas por un período, a veces días, a veces semanas, en donde ese para qué te abraza y decís: ¡Que lindo!
–No te digo te queda un minuto, todos sabemos que termina la vida, pero si tienes una fecha ¿Qué harías?
David Chocarro: Es difícil saberlo, esas son las cosas que hasta que no te pasan… Yo tengo un amigo muy cercano, deportista, ecuatoriano, Charlie Moon, jugador de padel, que creo que podría regalarme un poco de lo que terminaría haciendo, a él diagnosticaron cáncer, Leucemia aguda, en su primer diagnóstico, cuando por primera vez le dio, le dijeron que le quedaba, con suerte, 2 meses, le recomendaron incluso que fecundase óvulos con su novia y los congeles y tal… Se salvó, de milagro, cuando logró recuperarse, que para eso pasaron años, ya supuestamente estaba bien, le volvió a dar, esto fue el año pasado. Yo me fui a Ecuador, estuve con él 3 días, hicimos unos eventos y tal… Fui a despedirme en realidad, y me quedo con algo. Por cierto, él está vivo primero, porque el remate no es ese, no es que milagro, hace reiking, meditación, cambió también alimentación, hizo muchas cosas, que para mí son mucho más poderosas que la medicina, acompañado también con medicina tampoco le vamos a quitar el mérito, hizo mucho y finalmente otra vez, le dio negativo, nadie entiende nada, él sigue adelante, sigue jugando torneos, sigue entrenando.

Pero en esos 3 días, donde él se iba a morir, se moría aparte en mes y medio, casi no dormimos, yo necesito dormir porque mi vida se vuelve un caos y ahí no me pesó. Observarlo vivir la vida como él la estaba viviendo, y las charlas que tuve con él, a mí me regalaron un poco de ese abrigo del para qué durante mucho tiempo, de hecho hablo de él ahora y esa sensación me vuelve a abrazar.
Él me dijo: “lo que más bronca me da de morirme, es no poder vivir más tiempo como aprendí a vivir ahora”… Wow! es un piñazo que cuando sentís que estás bien, entra otro piñazo, es una locura, a mí me voló la cabeza y no solo eso, observarlo disfrutar cada cosa, pero genuinamente, le ponían un plato de ceviche enfrente y era olerlo y veías como esa exquisitez culinaria le entraba por todos los poros, cada bocado lo disfrutaba y lo ves mirar diferente, él mira diferente, ve las cosas distintas, siente el pasto distinto… Yo creo que para ahí debemos ir todos, salvo que te metas en un pozo depresivo, si te ponen una fecha de caducidad, creo que ahí es donde todo se resignifica, y le volvemos a dar valor.
–Si este David se encuentra en un metaverso con el David que lo eligieron para representar en el viaje de egresados y que no se imaginaba que podía ganar ese concurso, ¿qué le dirías?
David Chocarro: Nada, dejaría que la siga viviendo. A mí me gustan muchísimo sentir el balance universal, busco tener esa conciencia la mayoría del tiempo posible, porque no tengo dudas, que así como el universo funciona a la perfección, porque funciona a la perfección, las cosas ocurren por algo, yo creo que en la vida personal cada quien vive en un balance constante, entonces es relindo darte cuenta que algo que sentiste que fue tremendo, te termina regalando muchísimo aprendizaje, y si estas atento. Entonces qué le diría, nada, que la siga viviendo así como la lleva.
MIRA LA ENTREVISTA COMPLETA EN VIDEO: