La discusión sobre las redes sociales puede ser eterna, ha entrado en la misma categoría que hablar de religión y política en la mesa de la familia. ¿Aliadas o enemigas? ¡las dos! para los que tienen el talento es una herramientas más del mensaje, para los que solo buscan fama, es el canal equivocado.
¿Complicado de entender? Aquí te lo explico… Cómo todo medio de comunicación, las redes sociales tienen sus pro y sus contras, que no están en el medio en si, sino en quién lo usa o mal usa. A diferencia de la tele, la radio, o medios más convencionales, esta herramienta que cada vez tiene más opciones, nombres y variables es ‘libre’, porque hasta un menor de edad, le pone otra fecha de nacimiento y tiene la suya.
Pero como todo en la vida, como puede pasar con los vecinos del barrio, la escuela, el trabajo, no es el lugar, es la persona quien decide qué hacer con algo que puede ser tu mejor amigo de difusión o un peligro. Y todo radica en el mismo lugar: la tentadora y angelical o diabólica fama.
Los que trabajamos en el medio del entretenimiento, el deporte, arte, ciencia, etc, sabemos que la fama, la verdadera, es una consecuencia y no el fin, lo mismo que el éxito. Las personas tienen un don, un sueño, una pasión, le pone un marco de estudio, aprendizaje, trabajo, sacrificio, le dan un fin de ayuda, y así logra un resultado: llegar a su público a través de su trabajo.
Como consecuencia llega la expansión, exposición, quienes lo lograron, el éxito y con ello la fama. Pero los ‘famosos’, no tienen como fin serlo, sucede. La mayoría de ellos, entonces, toman sus redes sociales como herramienta para dar un mensaje, ayudar, seguir expresando el arte en el que se desarrollen, expandir otros negocios y dar una voz diferente, incluso más libre.
Pero, ¿qué pasa con lo que comienzan al revés? Es decir, que solo quieren ser famosos, porque sí, porque sintieron que tener una red social los hace ‘mejores’… Pueden suceder muchas cosas, y lo vemos a diario con algunos que comparten su vida personal con el único fin de llamar la atención, o los que exigen ser escuchados porque son el ex, del ex, del ex, del ex…
Sin dar nombres para no herir a nadie, porque esto solo se trata de que pensemos juntos, te daré un ejemplo que viví… Entrevistado a Angélica María, recibí un mensaje directo de Instagram de alguien (un ex, de una ex, de un ex) que no se dedica al mundo del entretenimiento, exigiéndome que lo entrevistara para contar su verdad…
En ese momento, con Angélica María delante de la cámara, hablándome de que comenzó de pequeña, de su formación, de sus millones de películas, obras de teatro, discos, los consejos a su hija Angélica Vale, los sacrificios, lo que dejó, su Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, alguien enojado exigía voz para hablar mal de alguien o contar ‘su verdad’ de algo, como cuando la vecina te viene con el chisme del vecino.
Como periodista tenía en frente a una celebridad compartiendo su alma versus una persona que se sentía famoso por tener exposición por una red social exigiendo desde el ego… Si caía y hacía esa entrevista, iba a traicionar todo en lo que creo y por lo que elegí ser periodista, si no la hacía me acusaban de ser parcial, tomar postura, tener ‘favoritismo’.
Es ahí donde tienes la clara visión de cómo las redes sociales son aliadas de los talentos, y enemiga de los que buscan fama.. ¿Qué hice? No perdí el objetivo de por qué hago lo que hago, y soy quien soy, y no hice la entrevista al ex, de la ex, del ex… Pero confieso, que en otras oportunidades, con otros ‘personajes de redes’ sí he caído, no de manera consciente, y he sido herramienta de darle voz a quien no supo llevar el mensaje.
Todos podemos caer en el juego, todos podemos caer en la seducción de la exposición porque sí, según la etapa de vulnerabilidad en la que esté tu vida. Pero como periodista, mi responsabilidad es ser coherente con lo que me prometí el día que abracé esta profesión: contar historias, historias que aporten, que digan algo, de tus famosos (los que comenzaron por el principio), de tus estrellas favoritas, las que les guste contar y las que no, pero que forman parte de la vida. Hasta la próxima semana y nos vemos en las redes sociales.