Raúl González, el presentador del programa matutino, ‘Despierta América‘, vivió un especial y emotivo reencuentro con su pasado… Regresó a su primer trabajo en Estados Unidos, confesó que hasta durmió 28 días un carro, donde soñaba con trabajar en Univision.
Aunque nos ha compartido esa historia hasta en su musical teatra, ‘Visa Para Un Sueño’, nunca lo habíamos visto volver a esa pizzería que le dio, entre muchas cosas, ese voto de humildad que todos los latinos aprendemos cuando llegamos, sin importar cuán famoso o reconocido hayamos sido en nuestros países.
A través de un seriado llamado ‘Mi Trabajo‘, por donde ya pasaron Jessica Rodríguez y el Chef Yisus Díaz, Karla Martínez, junto Francisca Méndez–Zampogna y Satcha Pretto, y el propio Raúl, quien de ante mano pidió disculpas porque lo verían nuevamente llorar, invitaron al público a ver con ellos la gran historia del venezolano, quien visitó el sitio que fue su primer trabajo cuando llegó al país.
Raúl González llegó a esa pizzería donde fue a pedir trabajo hace ya casi 30 años, cuando se gastó todo el dinero que había hecho en su país natal, en donde era un fenómeno infantil conduciendo un show que se llamó ‘Chamocrópolis’, junto a la fallecida Merci Mayorca. Sin olvidar la fecha del día que pisó el país, recordó, con lágrimas en los ojos y con la voz entrecortada, lo vivido ahí:
“Bueno familia, el 3 de abril de 1994, llegué a este país con una maleta llena de ilusiones y la primera oportunidad que se me dio de trabajar, fue en este mismo negocio, que en esa época se llamaba ‘A1 Pizza’. El único trabajo que había disponible era como repartidor, y este servidor, venía de ser ‘un artista’, en su natal Venezuela”, pero eso no fue impedimento para que Raúl González trabajara.
El presentador reveló un episodio muy triste y a la vez de gran enseñanza de su vida, y así se le vio al contarlo pero siempre demostrando su lucha, fe y sobre todo sus ganas de seguir adelante:
“Aquí llegaba a las 8 de la mañana y me iba a las 9 de la noche, siempre teniendo muy claro cuál era mi sueño y cuál era mi enfoque… Aquí hablé muchas veces con Dios pidiéndole la oportunidad de alcanzar el sueño americano. La gran mayoría de las personas que trabajábamos aquí se iban a su casa, a mí me tocó dormir 28 días, en un carro Ford Fairmont, del año 1982, que me costó, en aquella época, 500 dólares, que en su momento, el primer dueño de la pizzería, el señor Luis Bolívar, fue quien gentilmente me los prestó, y se los fui pagando poco a poco con trabajo, aquí comencé a buscar mi ‘Visa para un Sueño’ (tal el nombre de su musical)“.
González, también entró a la cocina de la pizzería, y mostró alguna de las maquinarias que usaba cuando trabajaba ahí, aseguró además que eran las mismas y que todavía podía reconocerlas: “En este horno me quemé yo la mano, nunca en mi vida había utilizado un horno como este, y sigue siendo el mismo horno, porque lo reconozco perfectamente… Una bandeja de las pizzas, donde se pone la masa, totalmente caliente y ahí me quemé la mano… Esta es la misma máquina (señalando otra) donde se hacía la masa”.
Otro de los momentos emotivos de la visita, fue cuando vio el baño del lugar, y recordó en medio de lágrimas, que lo usó en muchas oportunidades mientras le tocó vivir dentro de su carro:
“En este baño, era mi baño cuando me tocó dormir en mi carro, y el señor Luis nunca supo que yo dormí en mi carro, nosotros cerrábamos, yo iba, daba una media vuelta y regresaba, él tuvo mucha confianza en mí y se lo agradeceré por siempre, porque él me daba las llaves de la pizzería… Aquí viví momentos muy especiales, de sueños, pero también muchas veces decía: ‘¿Qué hago yo aquí?’, era regresar a Caracas o luchar, ‘¿este era el país o la ciudad donde yo realmente iba a lograrlo?’, y en esa disyuntiva me la pasaba”.
El venezolano, por supuesto, no dudo en darle las gracias al antiguo dueño de la pizzería, por la oportunidad que le brindó en ese momento: “Yo nunca le había dicho al señor Luis, qué hacía yo, quién era yo, y empezaron a venir venezolanos, a comer aquí como clientes, y empezaron a reconocerme y a tomarse fotos, en aquella época no existían celulares ni nada, eran camaritas, imagínense hace 30 años… Él me dijo: ¿y usted por qué se toma fotos con la gente?’ (y él le respondió) ‘Es que yo en Venezuela era artista’… A partir de ahí, todo cambió. Señor Luis, donde quiera que usted se encuentre, un abrazo, Dios lo bendiga y gracias por esta oportunidad“.
Para finalizar, Raúl González, confesó que fue impresionante volver a la pizzería, recordar todo lo que había pasado, desde su gran trabajo, sus ilusiones, su deseo de continuar con su carrera en Estados Unidos, incluso reveló que en algunas oportunidades cuando hacía las entregas, llegó a pasar por el frente de Univision y se decía a él mismo, “yo algún día voy a trabajar aquí”. Además vio esta visita como una gran lesión de vida, y aprovechó para dejarle un mensaje a los televidentes, “sigan luchando porque se pueden cumplir los sueños”, y él es un vivo ejemplo de ello.
AQUÍ PUEDES VER LA EMOTIVA VISITA: